AQUÍ PUBLICAMOS LA INTERVENCION DEL DIPUTADO DE LA NACION CARLOS A.
FAVARIO EL 14 DE NOVIEMBRE DE 2012, EN LA REUNIÓN Nº 19 DE LA CÁMARA DE DIPUTADOS DE LA NACION.
Sra. Presidenta
(Abdala de Matarazzo).- Tiene la palabra el señor diputado por Santa Fe.
Sr. Favario.-
Señora presidenta: en la representación demócrata progresista he suscripto el
dictamen de las diputadas Elisa Carrió y Alicia Terada, porque con precisión y
sintéticamente rechaza in limine el proyecto que viene del Senado por
atentar contra el orden republicano y democrático consagrado en los artículos
1°, 17, 18, 29 y 36 de la Constitución Nacional.
Quienes creemos en los principios de la república realmente sentimos una suerte
de vergüenza ajena por estar tratando este tema.
Además, tenemos que decirlo: nos repugna el procedimiento utilizado para su
tratamiento, tal cual fue referido en reiteradas oportunidades esta tarde.
Ya
parecería que no tenemos capacidad para el asombro. Se celebran sesiones
especiales…
Señora presidenta: solicito que se me respete en el uso de la palabra.
Sra. Presidenta
(Abdala de Matarazzo).- Lo están escuchando, señor diputado.
Sr. Favario.-
No me están respetando, señora presidenta. Hay una tertulia en el recinto.
- Varios señores diputados
hablan a la vez.
Sra. Presidenta
(Abdala de Matarazzo).- Por favor, señor diputado: continúe en el uso de la
palabra. Los minutos corren.
Sr. Favario.-
Decía que se celebran sesiones especiales como forma habitual de tratar los
asuntos que interesan al gobierno. Hay leyes exprés calcadas de los proyectos
del Poder Ejecutivo y, últimamente, agravios y descalificaciones que van
deteriorando el clima de convivencia civilizada que debemos mantener.
Repito lo que dije el otro día en comisión: dentro de poco se van a hacer
reuniones conjuntas con el Senado para tratar más rápido los proyectos que les
interesa aprobar.
La
división de poderes constituye uno de los pilares en donde se asienta el
sistema republicano, pero a nuestro entender el Poder Legislativo se ha
constituido en una dependencia del Poder Ejecutivo. Y ahora, como dependencia
al servicio del Poder Ejecutivo, es utilizado como instrumento de presión
contra otro poder del Estado.
El
destinatario de las presiones del Poder Ejecutivo es el Poder Judicial. ¡Qué
duda cabe a esta altura! Se pretende que los jueces fallen como quiere el
gobierno. Existen denuncias para apartar a un miembro del Consejo de la
Magistratura y disparatadas recusaciones contra el mismo consejero. Además, hay
presiones para forzar la renuncia de jueces dignos y probos.
Hay
un ministro de Justicia desesperado por hacer méritos y favores al Poder
Ejecutivo, y en virtud de ello se permite decir cualquier cosa.
Existen denuncias patrocinadas por la recientemente designada procuradora
general de la Nación contra cinco integrantes del Consejo de la Magistratura,
que en uso de sus derechos y atribuciones se niegan a votar como jueza a la
ahijada preferida del gobierno. También hay denuncias contra un
camarista, sin prueba alguna, y un aviso claro del presidente del bloque de
senadores al presidente de la Corte Suprema de Justicia para que hable con más
claridad. ¿Dónde se ha visto esto?
Sra. Presidenta
(Abdala de Matarazzo).- Señor diputado: la señora diputada Córdoba le pide una
interrupción, ¿se la concede?
Sr. Favario.-
No voy a conceder interrupciones, porque el tiempo está corriendo y aquí no se
acostumbra a permitir interrupciones.
Es
como si no se hubiera entendido el mensaje del doctor Lorenzetti a los jueces
para que no se sometan a presiones de cualquier naturaleza.
Ahora
aparece esta iniciativa del per saltum, con el mensaje casi extorsivo a
la Corte Suprema de Justicia de que si no acepta el caso, se plantearía un
conflicto de poderes, porque textualmente,”el Congreso sanciona una ley y hay
otro poder que impide su aplicación”.
Este
proyecto de ley, como dijo la miembro informante del dictamen de mayoría con
absoluta claridad, tiene nombre propio: se llama “grupo Clarín”. Lo dijo
Pichetto en el Senado: “Sería hipócrita discutir esto como si fuera un recurso
jurídico, es claro que tiene un trasfondo”. Quieren la iniciativa para
aplicarla a este caso especial, que tiene nombre y apellido. A confesión
de parte, relevo de pruebas.
Se
quiere una ley para un caso predeterminado, y lo peor es que acá se lo
confiesa. Ello constituye una violación flagrante a la garantía
constitucional del debido proceso. Por cierto que no corresponde el
debate jurídico porque es una cuestión política, el ropaje jurídico se usa para
formular o, mejor dicho, para servir a un fin político determinado, que está
anunciado como si fuera la necesidad imperiosa de ganar la guerra. No se
puede entender que se plantee la cuestión en estos términos. La
democracia es otra cosa: no es preparase para la guerra.
La
democracia es el diálogo, el entendimiento, la búsqueda de consensos y, en
definitiva, generar un clima de paz, y esto parece que es lo que falta en este
clima que se vive.
Como
se me acaba el tiempo quiero hacer una referencia que no se puede dejar pasar
por alto, que se viene reiterando y que también ha hecho suya la señora
diputada informante del dictamen de mayoría.
Hay que dejarlo en claro para que no nos confundamos: por más mayoría que
tengan en el momento de su aprobación, las leyes no constituyen la palabra de
Dios. Están sujetas al control judicial. Por eso el Poder Judicial es el
guardián de la Constitución, principio elemental y obvio del derecho, que no se
puede ignorar y que parece se lo ignora cuando se repite todos los días la
misma cantinela, es decir, cuando se dice que se está impidiendo la aplicación
de una ley aprobada por abrumadora mayoría, cuando ello no tiene nada que ver
ni impide el ejercicio de los derechos de cualquier ciudadano para cuestionar
la constitucionalidad de la ley.